Proceso

En geografía, la noción de proceso integra la idea de movimiento (del latín pro-cedere : ir delante), de encadenamiento de acciones o de hechos. Exactamente lo mismo que la idea de «dinámica», con la cual se confunde a veces, un proceso participa de una aproximación temporal de tipo diacrónico.

Pero en un proceso, el encadenamiento de hechos es primeramente de orden causal, y en segundo lugar cronológico. La sucesión de los fenómenos depende de una lógica operativa que permite integrarlos en un marco interpretable. Un proceso permite comprender las lógicas de producción; reproducción o transformación de los sistemas o de las estructuras espaciales. Se trata de una noción esencial para comprender el cambio espacial. Algunas de estas lógicas permiten poner en evidencia procesos de difusión espacial, de diferenciación espacial o incluso de polarización.

Al poner en juego, en geografía, agentes sociales o naturales con sus tensiones, pero también para los primeros, su intencionalidad y su racionalidad, los procesos no pueden ser asimilados a puros mecanismos deterministas y son eventualmente modificables en el transcurso de su secuencia. Hablar de procesos en análisis espacial significa que se han identificado los principios que rigen tal o cual secuencia espacio-temporal.