Región polarizada
Desde el momento en que se concibe al espacio no como una yuxtaposición de áreas más o menos extensas, sino como el campo de acción de flujos de todo orden, cierta cantidad de estructuras posibles se presentan al espíritu. Se pueden tomar en consideración sucesivamente las fuerzas más diversas: polarización creada por una industria motriz alrededor de la cual gravitan satélites; poder de atracción migratoria de un centro urbano; lazos creados por relaciones comerciales que se expresan en términos de mercado de un producto.[…]
Estas fuerzas interesan al geógrafo en la medida en que se combinan para traducirse en una cierta organización del espacio. Ahora bien, el análisis muestra que ellas se agrupan en ciertos centros, que son núcleos de impulsión y que modelan una estructura espacial dinámica, pero captable en un momento dado. […]
Fundada así sobre la vida de relaciones, el espacio funcional se expresa menos por los límites que por su centro y por las redes de todo orden que de él emanan. El análisis regional no se apoya más sobre el descubrimiento de espacios uniformes, sino sobre el estudio de la jerarquía de los centros, de la densidad y la intensidad de los flujos. […]
Nosotros proponemos decir: la región no es generalmente un Estado; pero está dotada de una cierta autosuficiencia, de ningún modo en el sentido de una autarquía económica, sino en la medida en que la mayor parte de las funciones y servicios más importantes están representados en ella, de suerte que la región es capaz de satisfacer la mayor parte de las necesidades de sus habitantes, al tener su metrópoli un poder de impulsión y de decisión, y al recurrir al escalón más elevado sólo para remitirse a dominios excepcionales o muy especializados.
Etienne Juillard, La région, essai de définition (Annales de géographie, 1962)