Frente pionero

El frente pionero puede definirse como una forma espacial que es testimonio de un proceso de apropiación de nuevos territorios, considerados como un medio virgen de toda huella de “civilización” moderna. La acción principal, simbólica pero no unívoca, es la de los desmontes e incendios operados en sabanas o bosques. Estos desmontes se operan al mismo tiempo que la creación de pistas y la construcción de puntos de poblamiento permanentes. La negación de la legitimidad o de la anterioridad de la ocupación de otros pueblos que no son los ligados a la onda pionera constituye la segunda característica de los movimientos pioneros. Así se produjo en el Oeste norteamericano, del tiempo en que los colonos del Far West [Lejano Oeste] se apropiaban de las tierras “vírgenes”. Sólo recientemente, en Amazonia, fue revelada la pedra preta [roca negra]: un inselberg recubierto de grabaciones amerindias en la región del frente pionero de Alta Floresta (norte del Mato Grosso–Brasil).

La definición del frente pionero como integración de tierras supuestamente vírgenes y señaladas como tales fue elaborada por una serie de artículos del historiador y sociólogo J. F. Turner, de 1893 a 1918. En la década de 1930, los geógrafos norteamericanos adaptaron las ideas de J. F. Turner, principalmente I. Bowman, quien, en 1931, enuncia la expresión de franja “pionera” (fringe of settlement) y describe las diferentes zonas de poblamiento a través de todo el globo. A fines de 1930, I. Bowman estima en más de 40.000 km la franja de frentes pioneros. Con una cifra tal, el autor se cuestiona sobre las condiciones de los desmontes y las ventajas, para las sociedades, de poseer tales territorios. Durante esos años, el movimiento pionero traspasa el del cientificismo. La franja pionera se convierte en un lugar de experiencias agrícolas. Por sus técnicas modernas, el Hombre conquista su entorno, principalmente por medio de nuevos procedimientos de irrigación y mecanización del material agrícola. Un año después de la aparición de la obra de I. Bowman, en 1932, A. Demangeon integra esta nueva realidad del “frente pionero” en la geografía francesa. Este término importante de la geografía anglosajona sufrió, en su importación en Francia, algunas suavizaciones. Recién en 1952, con la publicación de la tesis de P. Monbeig, el concepto de frente pionero vuelve a conseguir un nuevo atractivo en geografía.

El concepto de frente pionero es el producto de todo un recorrido donde se mezclan políticas de extensión de los doblamientos en los países nuevos y consideraciones científicas. La conquista del oeste norteamericano a fines del siglo XIX conduce al nacimiento del término frente para describir y analizar estos fenómenos pioneros. Este frente de J. F. Turner que se desplaza en el tiempo, crea una zona de poblamiento donde todo fenómeno ocurre con rapidez y gran amplitud. El ejemplo de las ciudades del Far West, esas ciudades hongos, con una demografía explosiva y una edificación urbana en pleno crecimiento, es típico del proceso de conquista. La puesta en valor de un territorio, con una lógica de explotación en relación con los transportes y dirigida hacia una metrópoli lejana, integra este espacio nuevo en el seno de la nación. El problema de la tierra, de su estatuto jurídico, es desarrollado principalmente por P. Monbeig. Él pone en escena el papel primordial de ciertos actores –los incendiadores- en la creación y la legislación de vastos dominios territoriales en el sur de Brasil. Esta monografía regional de un espacio pionero pone en evidencia el papel de ciertas producciones (café, algodón…) en la creación de un vasto sistema de desarrollo económico ligado al surgimiento de una clase media. El medio no explica todo: participan igualmente aquí el estado de espíritu, la sociología de todo un grupo. El rol del político es también primordial, el frente pionero puede poseer una finalidad geopolítica: bajar las tensiones agrarias y hacer la economía de una reforma agraria integrando parcelas enteras del «territorio».

El frente pionero puede leerse como un proceso por etapas. La especulación territorial y la legislación de las tierras apropiadas constituyen la primera valorización de este espacio, sin ninguna transformación real. Luego tiene lugar el doble fenómeno de humanización y de espacialización. Las pistas a un lado y otro de un eje mayor de penetración hacia estas nuevas comarcas y el nacimiento de todo un sembrado de lugares de implantación bosquejan un primer establecimiento en el espacio. El refuerzo de ciertos ejes y polos, la desaparición de otros, afinan esta lógica. Este afinamiento espacial permite la estructuración de la región pionera. Los numerosos desmontes participan de la transformación de un medio recurso en un espacio agrícola más o menos competitivo. Esta rápida puesta en valor es casi siempre incompleta y deja de lado numerosos islotes preservados de este modo. Las etapas siguientes refuerzan esta «antropización» y espacialización en el lugar, desplazando el frente principal siempre hacia más arriba. Un marcador de esta huida hacia abajo del frente pionero es el desplazamiento de las acerías. Estas etapas se observan perfectamente en el norte del Estado de Mato Grosso (centro-oeste de Brasil).
Producto de un «lugar» y un proyecto, el frente pionero asocia un sistema de actores variados a una dinámica espacial. Puede corresponder a un ordenamiento colectivo, ya sea organizado por una autoridad (proyecto político), ya sea resultante de las acciones convergentes de intereses individuales. A través de diferentes lugares de Brasil coexisten diversos tipos de frentes pioneros. Los proyectos y ejecuciones públicos de colonización se caracterizan por una sucesión de pequeños lotes y un gran número de pequeños colonos, mientras que las colonizaciones privadas privilegian las grandes explotaciones agrícolas (gran cultivo o ganadería extensiva) integradas a la globalización y a las firmas agroindustriales. No obstante, estas dos formas no deben ser opuestas totalmente: algunas formas de colonizaciones privadas favorecen la instalación de pequeños campesinos. La última forma de frente pionero es la denominada espontánea: en la periferia de los proyectos planificados, una masa de pobres –de los sin tierra- se instala con la esperanza de ser regularizada y de compartir el sueño de Eldorado… Su sueño puede entonces finalizar rápidamente y en forma trágica. El frente pionero es igualmente una tierra de violencia, como lo fue el Far West de J. F. Turner, y lo es el Paragominas (región en la unión de los Estados de Minas, Goias y Para) en Brasil. Aunque Brasil e igualmente las laderas amazónicas de los países andinos (Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela) son, por su superficie, frentes pioneros importantes, Indonesia con sus masas de colonos desplazados (trasmigración) es el primer país en términos de pioneros. Otro frente pionero relevante es el del vasto archipiélago de transformaciones en Siberia. Este frente pionero se integra en las tensiones de la inmensidad de un Estado continente: la Unión Soviética, luego Rusia. El eje mayor de este espacio es el célebre transiberiano, ayudado por el BAM – Baikal Amour Magistral. La explotación de los recursos energéticos y el desarrollo de las ciudades constituyen los elementos más notables de la puesta en valor de este territorio. Era también el resultado de un programa político coercitivo con actores específicos: los prisioneros de los gulags. A la hora actual, el frente pionero siberiano está en plena recomposición y allí domina la dinámica regresiva.

Ver también: «ecumene»

Matthieu Le Dérout

 

Bibliografía:

-Bowman (I.), 1931 : the pioneer fringe, American geographical Society, New York, n°13.
-Demangeon (A.), 1932 : pionniers et fronts de colonisation, Annales de géographie, vol. 41, París, A. Colin, p.631-636.
-Monbeig (P.), 1952 : pionniers et planteurs de São Paulo, thèse, cahiers de la fondation nationale des sciences politiques n°28, París, A. Colin.
-Théry (H.), 1976 : Rondônia mutations d’un territoire fédéral en Amazonie brésilienne, tesis de tercer ciclo, Universidad de París 1, directores MM. Michel Rochefort et Pierre Monbeig, 309 p.
-Turner (F.J.), 1893, The significance of the Frontier in American History, Annual report, American Historical Association, reprinted in The Frontier in American History (New York, 1920).